miércoles, 8 de agosto de 2007

El nombre de la Paz: Mahatma Gandhi

Mohandas Karamchad Gandhi (Mahatma – El gran alma)

Gandhi fue un político y pensador hindú, que nació en una familia muy acomodada de Porbandar, una ciudad de la India. Sus padres habían arreglado su matrimonio con Katsurbai Makanji, quien sería su esposa desde los 13 años hasta el fin de sus días. Makanji era su confidente, su amiga, su consejera, alguien en quien Mahatma confiaba, pues ella siempre estuvo a su lado en cada revolución. Gandhi se sentía obligado a estudiar Derecho, porque su padre era un destacado abogado, por lo que viajó a Inglaterra para obtener su título en la Universidad de Oxford. Allá en Inglaterra tuvo que acostumbrarse a una cultura distinta a la suya, empezó a usar la ropa europea y a leer más sobre las culturas occidentales. Fue de esta manera que conoció a un personaje que sería para él una inspiración: Jesús de Nazareth. Leyó la Biblia, y la enseñanza que marcó su vida fue: Si alguno te abofetea en la mejilla derecha, muéstrale también la otra. La vida de Gandhi sorprendía cada vez con su gran personalidad, y su forma de actuar cuestionaba a los que estaban a su alrededor. Ya de vuelta en India, ejerció su abogacía, y tuvo oportunidad de viajar a Sudáfrica, donde vio como los nativos e hindúes de aquel lugar eran discriminados, algo que reforzó su postura por luchar a favor de la justicia y de la dignidad de su raza. Ahí, inició una campaña contra una ley que privaba a los sudafricanos de su derecho a votar. Gandhi no pudo lograr que sea aprobada esa ley, pero esta campaña fue vital para él. Cuando Holanda quiso invadir Sudáfrica, Gandhi reclutó varios hindúes para que manejen las ambulancias que lleven a los heridos, y hagan otros servicios de salud.
Luego de la I Guerra Mundial dirigió una campaña de desobediencia civil contra las disposiciones británicas que prorrogaban el estado de excepción. Hizo una campaña de no aceptación de la legislación, no participación en la vida pública, negativa a pagar los impuestos, y no violencia. Esta rebelión pacífica trajo como consecuencia la matanza de Amrístar, en la cual los británicos asesinaron a 379 hindúes.
En 1921 fue encarcelado por sus protesta, y condenado a seis años, de los cuales, por enfermedad, sólo pudo cumplir tres. Fuera de la cárcel empezó a reorganizar el Partido del Congreso. Armó una revolución contra el impuesto por la sal, y formó lo que se llamó la marcha de la sal, donde los seguidores de Gandhi caminaron hacia el océano y tomaron un puñado de sal, algo que quedó grabado en las páginas de la historia, y Gandhi quedó inmortalizado con este acto.
El gobierno Británico inició una represión contra el Partido del Congreso, y Mahatma fue detenido. Ahí en la cárcel, llevó a cabo los “AYUNOS ÉPICOS”, como rechazo a los británicos y su proceder. De nuevo en libertad, y a inicios de la II Guerra Mundial, escribió una carta a Adolf Hitler exhortando el cese de los ataques, a lo que obviamente Hitler no accedió. Nuevamente, en el período de guerra, Gandhi auspició una campaña de desobediencia civil, por lo que volvió a ser encarcelado; a ello respondió otra vez mediante el ayuno. En 1943 murió su esposa, y al año siguiente fue puesto en libertad.
Acabada la guerra, Mahatma se opone a la partición de la India en dos Estados, uno musulmán y el otro hindú, pero no pudo convencer a los líderes políticos. Durante uno de sus ayunos, fue asesinado a manos de un fanático.
Una de las teorías de Gandhi era que el hombre podría vivir de la manufactura, y creó una aldea donde todo era manufacturado, desde vestimentas, hasta viviendas y alimentos.

…“El primer paso hacia la paz, es la voluntad de lograrlo”…

A mi modo de verlo, Mahatma Gandhi es un personaje lleno de sabiduría, paciencia, y sobre todo liderazgo. Lo más relevante de este hombre es su capacidad para tomar decisiones, su radicalidad como ser humano, y su fortaleza como hombre. No era muy alto, ni grueso, era más bien delgado y bajo, pero al ver a este hombre nos damos cuenta que la grandeza no depende de lo físico, sino de lo espiritual. Vemos al hombre llamado Alma Grande, manifestando a su pueblo un hambre de paz y una sed de justicia. No de alimentos ni de bebidas, pues ayunaba para cumplir su anhelo. Predicaba siempre con el ejemplo, pues no podía hablar de la paz, si tenía un rifle en sus manos, o un ejército armado listo para luchar (tantos falsos líderes de nuestros días sí hablan de paz, pero disparan a diestra y siniestra, no sólo con armas, sino con odio y especulaciones que destruyen la dignidad de las personas).

Se cuenta que en una ocasión estaba Gandhi sentado, aparentemente desocupado, cuando se acerca una señora con su hijo y le dice: Mi hijo está muy enfermo, no debe comer azúcar, sin embargo lo hace todos los días, aconséjele para que deje de hacerlo. Gandhi simplemente respondió que regresara a la semana siguiente, pues en ese momento no podía hablar con el muchacho. A la semana siguiente volvió la señora, y Gandhi habló con el chico y lo convenció para que ya no comiera azúcar. La mujer, agradecida, le preguntó por curiosidad: “¿Por qué la semana pasada no pudo atender a mi hijo? A mi me pareció que usted no estaba ocupado”. Gandhi respondió: Pues la razón es muy sencilla, señora. Porque hace una semana yo también comía azúcar.

Como vemos, este gran hombre predicó con el ejemplo hasta en estas circunstancias, y obviamente, necesitaba sabiduría, reflexión, silencio interior y comunicación con uno mismo para poder dar un gran consejo que salvó la vida de ese chico.

Ahora, para reflexionar… ¿Qué tanto conversas contigo mismo? ¿Estás preparándote para tomar grandes decisiones? Ese silencio interior que tenía Gandhi ¿Tú lo tienes? ¿Aplicas en tu vida lo que profesas? ¿O eres como los actuales mandatarios, que sólo se jactan de sus títulos y de lo que saben, sin dar ningún indicio de liderazgo? Cuando respondas a todas estas preguntas como lo respondería un gran líder, estarás listo para aprovechar al máximo las enseñanzas de los siguientes personajes. Sin embargo, si aún te falta para contestar de una manera correcta estas preguntas, te aconsejo que te detengas aquí, y te preocupes por cambiar eso que no te permite estar satisfecho con tu forma de ser. Mientras tú no te aceptes tal y como eres no podrás ser un líder. Esto no significa que tus errores no debes enmendarlos, puesto a que tus errores no forman parte de ti. Tú no eres tus errores, tú tienes errores, pero no los eres. Así que detente aquí para empezar a enmendarlos, y luego de eso lee la vida de Nelson Mandela.
En la próxima edición...
Compartiremos los rasgos más importantes de Nelson Mandela, quien logró erradicar gran pare del racismo en Sudáfrica.
Por un cambio positivo en el mundo,
Daniel Juez Mendoza

1 comentario:

Anónimo dijo...

Grande Gandhi... Usé esa misma historia que comentas ahí en un consejo.. Sirvió de mucho gracias